Combinamos
esencias para
conectar con el
consumidor.
Las fragancias tienen un claro impacto en nuestras
emociones. Nos evocan recuerdos positivos, e influyen
en la elección de compra entre un producto y otro.
Por eso, ofrecemos formulaciones que atraigan al consumidor y creen esa conexión única.
Los perfiles olfativos que caracterizan a nuestros productos podemos dividirlos en 4 familias que se identifican por sus aromas predominantes y con distintos descriptores específicos.


Clasificación de las
familias olfativas
La rueda de las fragancias conecta a las 4
familias olfativas.
Cada fragancia tiene un carácter definido y posee notas
específicas que intentamos describir mediante palabras.
Entre clientes, perfumistas y vendedores intentamos
buscar un lenguaje común para poder expresar
nuestras percepciones olfativas e ideas.
Familia Floral
Las fragancias florales evocan romanticismo y naturalidad. Se destacan la rosa, el jazmín, la flor de naranjo, la peonía y la magnolia. También podemos lograr “bouquets” complejos de florales suaves (deriva de las anteriores con vainilla e iris) o flores orientales (con especias dulces y maderas).

Familia Oriental
Algunos productos que componen a estas fragancias son: aceites esenciales, resinas, extractos de tabaco, vainilla y especias. Evocan calidez y sensualidad. Tenemos orientales más dulces, con vainilla, flores blancas, resinas y almizcle), orientales suaves (con ámbar e incienso) u orientales amaderados (con sándalo, patchouli, vetiver).

Familia Amaderada
Sus fragancias se asocian a los perfumes masculinos, y en sus notas encontramos esencias de sándalo, cedro, patchouli, vetiver. Tenemos maderas más aromáticas (con esencias de pino, cedro, palo santo, vetiver), maderas musgosas (con una base cálida y notas de salida frescas) o maderas más secas (cipres con notas de tabaco y cuero).

Familia Fresca
Aquí tenemos varios grupos muy característicos que se asocian a la frescura, como la combinación de notas florales más verdes con musgo sándalo o lavanda. Están las cítricas (bergamota, limón, naranja, pomelo), las acuáticas (aromas marinos u oceánicos que trasmiten pureza y frescura), las verdes (con extractos de hierbas alcanforadas o mentas) y las frutales (esencias de frutos rojos, manzanas, durazno).

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